La cena
Bajo una farola de luz fría y tenue apoyado contra la pared se derrumbaba aquel hombre de tez pálida y ojos perdidos, su cara marcada con el paso de los años, o siglos, espesa barba y pelo largo cubriendo sus escuálidos hombros. En la acera había improvisado una cena con restos de basura de un contenedor cercano, un poco de arroz de paella pasado, un vaso arrugado de papel con dos sorbos de vino blanco, fruto de culos de botella apurados, mientras que media ciruela y dos uvas eran el postre. Una servilleta de una gran cadena de comida rápida hacía de mantel, que había extendido con admirable pulcritud, y dos velas apagadas simbolizaban un gran centro de mesa.
Aquel hombre miraba al otro lado del mantel, donde no había nadie, buscando una miraba cómplice, una conversación agradable o un gesto de cariño que lo amarraran a aquel injusto mundo. Se santiguó mirando las estrellas con lágrimas en los ojos y con un hilo de voz dijo:
- Te echo muchísimo de menos.
Premiado con accésit en el I Premio de Microrrelatos “Campus-relato”,
1 comentario:
muy bueno el relato
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